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29/7/10

Monsanto no respeta la vida

Los productos fabricados por Monsanto en su vertiente de industria química, por muy letales y criminales que hayan sido son reversibles: una vez dejados de fabricar, pasados los tiempos de persistencia, a veces grandes, y descontaminando las zonas afectadas podemos restaurar la normalidad. Pero con lo seres vivos manipulados genéticamente no ocurre lo mismo, tienen un cierto carácter irreversible e incontrolable. La esencia misma de la vida está en su capacidad de multiplicarse, autoreproducirse y en la recombinación de material genético de manera imprevisible. En definitiva, la diseminación de OGM puede alterar los mecanismos, los ritmos y la orientación de la evolución de las especies, con imprevisibles repercusiones para la estabilidad ecológica de la biosfera y para la permanencia de la especie humanan sobre la misma.

La esperanza de la industria es que con el tiempo el mercado esté tan inundado [de transgénicos] que no se pueda hacer nada. Lo único que podrán hacer será rendirse - Don Westfall, Asesor de la Industria Biotecnológica de EEUU, 2001

Las encuestas en Europa reflejan una opinión radicalmente contraria a los alimentos transgénicos. Para el caso de España, el barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) de septiembre de 2006, a la pregunta realizada a los encuestados sobre aquello que más les preocupaba en lo relativo a la alimentación, en una relación de trece posibilidades (vacas locas, gripe aviar, salmonela, transgénicos, etc.), la señalada en primer lugar era la de “los alimentos genéticamente modificados o alimentos transgénicos”. En Alemania el 95% de los consumidores los rechaza y en EEUU, en el Estado de Nueva York, el 39 % es contrario frente al 33% que los acepta (en 2003)[i].

¿Qué está pasando que, frente a tanto rechazo desde 1994, fecha en que se autorizan en EEUU el cultivo de las primeras semillas transgénicas, hoy hay en el mundo más de 125 millones de hectáreas sembradas de distintos cultivos de organismos genéticamente modificados (OGM)?

La explicación la podemos obtener siguiendo la historia de Monsanto, multinacional que controla más del 90% de las semillas transgénicas que se venden en todo el mundo. Y esta historia nadie la ha relatado mejor que Marie-Monique Robin, en su reciente libro titulado ‘El mundo según Monsanto. De la dioxina a los OGM. Una multinacional que les desea lo mejor’[ii].

Los orígenes

La empresa Monsanto nació en Saint Louis, Missouri, en 1901 dedicada a la fabricación de sacarina que vendía a Coca-Cola. En 1935 compra la Swan Chemical Co. que ya fabricaba los PCB (policlorobifenoles). Esta sustancia sintética tenía múltiples usos como líquido refrigerante y como lubricante, pero también representaban un grave riesgo para la salud, que la empresa conocía “pero hizo como si no pasara nada hasta su prohibición definitiva en 1977”, como demuestra la montaña de documentos procedentes de los archivos de Monsanto que con motivo de una querella contra la multinacional ordena un tribunal abrir (o.cit., p.36 y 37).

Monsanto monopoliza la producción de PCB en todo el mundo y la extiende por todas partes.

Los PCB han contaminado todo el planeta y por sus persistencia en la naturaleza, como dice la autora que glosamos, “hay muchas posibilidades de que el PCB ronde durante mucho tiempo a la empresa de Saint Louis, al igual que las dioxinas, de las que ella fue una productora avezada” (p. 57).

Las dioxinas, el Roundup y las hormonas de crecimiento bovino: una síntesis

La historia no acaba aquí. Encontramos a Monsanto en la fabricación de dioxinas, “la molécula más peligrosa que haya inventado el hombre nunca” (p.61). La dioxina es un producto derivado de la fabricación de herbicidas, inventado durante al Segunda Guerra Mundial y cuyo auge coincide con la llamada “revolución verde”. Monsanto monta su empresa específica en 1948 y trabaja estrechamente con el Pentágono para desarrollar su uso como arma química, por eso la autora comenta que “la agricultura industrial nunca habría nacido sin la estrecha colaboración entre el ejército y la ciencia”. La peligrosidad de este producto salta a la luz pública en julio de 1976 con el accidente ocurrido en Italia y que se recuerda como la “catástrofe de Seveso”.

Monsanto también fabrica en gran escala el DDT durante la Segunda Guerra Mundial y es la que obtiene el contrato para producir el “agente naranja” (dioxina) para la Guerra de Vietnam, con objeto de destruir las cosechas y matar de hambre a los poblaciones enemigas.

Desde 1962 a 1971 se han vertido 80 millones de litros de defoliantes sobre 3,3 millones de hectáreas de selvas y tierras de labor. Más de 3.000 pueblos fueron contaminados y el agente naranja derramado representa 400 Kg. de dioxina pura (la disolución de 80 gramos de dioxina en una red de agua potable podría eliminar a una ciudad de ocho millones de habitantes[iii]).

Dice la publicidad de Monsanto que “el glifosato es menos tóxico para las ratas que la sal de mesa ingerida en gran cantidad”, y llevan razón. El glifosato es el principio activo contenido en el conocido Roundup, y es el propio Roundup el que es tóxico y no su principio activo. El glifosato no puede por si solo penetrar en las células necesita coadyuvantes, sustancias a menudo guardadas en secreto por el fabricante que son las que permiten hacer la función herbicida al glifosato. Pero según los trabajos del profesor Robert Bellé, del CNRS francés (Centro Nacional de Investigación Científica), el Roundup desencadena la primera etapa que puede conducir al cáncer, que se desarrollará treinta o cuarenta años más tarde (pp. 130-131).

Y, asimismo, en la entrevista de Monique Robin con el científico francés Gilles-Éric Séralini, en 2006, relatada en su libro se llegan a conclusiones contundentes: “el Roundup es un asesino de embriones” y en concentraciones más débiles es un “perturbador endocrino” para los fetos.

El profesor Séralani, que trabaja para la Comisión Europea para evaluar los efectos de los alimentos transgénicos en la salud, ha recibido duros ataques de la industria de la agrobiotecnología y científicos afines, por sus recientes afirmaciones contundentes. De sus investigaciones sobre los efectos del Roundup sobre células humanas ha concluido que “directamente las mata”.[iv]

Pero las pruebas en que se basa la homologación del Roundup se hicieron con la materia activa sola (p. 135). Este es el truco de la propaganda de Monsanto.

En 1993, el ministerio estadounidense FDA (Food and Drug Administration) dio permiso a Monsanto para comercializar la hormona de crecimiento bovino obtenida por manipulación genética (rBGH), hormona que se inyecta a las vacas para que produzcan más leche, En abril de 1998, un informe oficial del gobierno canadiense destapó el escándalo político y científico que supuso esta autorización. Tanto Monsanto como la FDA ocultaron datos esenciales.[v]

Trabajos científicos serios han cuestionado el uso de esta hormona. La consideran dañina para la salud de las vacas y para la salud humana. En efecto, la hipófisis de las vacas y la humana producen cada una de ellas una hormona específica de crecimiento, pero ambas provocan la producción de una misma sustancia, la IGF I (“factor de crecimiento insulítico tipo I”). El nivel de IGFI es notablemente superior en leche producida por vacas tratadas con la hormona rBGH que en leche natural. Este aumento de la citada sustancia multiplica por cuatro en los hombres el riesgo de tener cáncer de próstata y por siete en las mujeres el de tener un cáncer de mama. (p.156)

Igualmente, el forzamiento de las vacas hacia una productividad mayor da lugar a frecuentes casos de mastitis que deben ser tratados con antibióticos. De resultas de la ingestión de este tipo de leches los antibióticos son absorbidos por la bacterias intestinales con lo que cada vez más de ella presentan resistencia a los mismos. Como consecuencia del uso abusivo de antibióticos “tras un siglo de declive, la tuberculosis está en plena recrudescencia. Un tercio de los casos detectados en la ciudad de Nueva York en 1991 se deben a cepas resistentes a uno o varios medicamentos” (p.160). O bien, otro dato inquietante es que en 1979 solo el 6% de las cepas de neumococos, bacteria causante de la neumonía, eran resistentes a la penicilina; diez años más tarde la cifra había aumentado al 44% en Europa.

Tras la fuerte polémica, la hormona está oficialmente prohibida en la Comunidad Europea desde el 1 de enero del año 2000.

Monsanto y los transgénicos

Vaya por delante una declaración de principios sobre los seres vivos manipulados genéticamente: “la biosfera no debe transformarse en un laboratorio de alto riesgo, los seres humanos no debemos ser tratados como conejillos de indias por unas pocas empresas transnacionales ávidas de recoger beneficios y de consolidar su poder”.[vi]”

Hasta ahora hemos tratado a Monsanto en su vertiente de industria química con lo que los productos por ella fabricados, por muy letales y criminales que hayan sido reversibles: una vez dejamos de fabricar, pasados los tiempos de persistencia, a veces grandes, y descontaminando las zonas afectadas podemos restaurar la normalidad. Pero con lo seres vivos manipulados genéticamente no ocurre lo mismo, tienen un cierto carácter irreversible e incontrolable. La esencia misma de la vida está en su capacidad de multiplicarse, autoreproducirse y en la recombinación de material genético de manera imprevisible. En definitiva, la diseminación de OGM puede alterar los mecanismos, los ritmos y la orientación de la evolución de las especies, con imprevisibles repercusiones para la estabilidad ecológica de la biosfera y para la permanencia de la especie humanan sobre la misma.

Estamos ante un asunto de mayor cuantía, donde la especie humana se las juega a cambio de seguir dando más beneficios a Monsanto.

Porque Monsanto, como hemos dicho, controla más del 90% de la venta de los OMG en el mundo. Es un monopolio. Una vez que logra clientes suficientes los tiene en sus manos. Inicialmente la publicidad y unas promesas de semillas milagrosas hacen el trabajo; después unos contratos leoninos (prohibición de resembrar, compra del paquete semillas-pesticidas, obligación de utilizar solo el Roundup y no un genérico, etc.); el chantaje para los que quieren volverse atrás negándoles la venta de las demás semillas de las que son también grandes proveedores (los primeros del mundo); un derecho a inspeccionar sus campos; una persecución judicial implacable a los contaminados o a los que reutilicen las semillas; el fomento de la delación (en 1999 la “línea de los chivatos” recibió 1.500 llamadas); un lobby muy potente y un apoyo científico y de la Administración ad hoc hacen el resto.

Este monopolio amenaza la seguridad alimentaria, sobre todo en países empobrecidos, donde más de mil quinientos millones de personas sobreviven gracias a la conservación de las semillas (p. 296).

Pero a pesar de todo este poderío los resultados no alcancen las promesas que se hacía así mismo la empresa. Como dice Greenpeace[vii], las posibilidades de un mundo sin transgénicos sigue abierta, porque el 92% de las tierras cultivables en el mundo está libre de OMG; porque sólo cuatro países cultivan el 90% del total (EEUU el 53%, Argentina el 18%, Brasil 11,5% y Canadá el 6.1%); porque sólo hay en el mercado cuatro semillas que sí se cultivan en cantidades importantes (soja, maíz, algodón y colza); porque en Europa sólo el 0,119% del terreno cultivable está dedicado a OMG (el 80% en España, unas 75.000 hectáreas de maíces Bt) frente al 4% dedicado a agricultura ecológica.

Por todo ello estamos a tiempo de parar de raíz este grave peligro.

Unas notas sobre la manipulación genética

La manipulación genética no tiene nada que ver con lo que los campesinos han venido haciendo desde hace 10.000 años, que se han esmerado en conservar las mejores espigas de su cosecha para sembrarlas al año siguiente; ni con la de los fitomejoradores que provocan el cruce entre dos plantas seleccionadas de la misma especie. La manipulación genética salta por encima de las barreras biológicas que separan a las distintas especies, pone fuera de juego los mecanismos naturales de evolución e interviene en las interacciones génicas hasta ahora inaccesibles al ser humano.

La técnica de la manipulación genética se puede resumir en dos fases: la primera consiste en extraer el gen que interesa de un organismo donante e incorporarlo a un vector o molécula portadora (normalmente un plásmido o virus); la segunda consiste en implantar este vector en el organismo receptor. Para que el experimento funciones hay que insertar, además, un promotor (que suele ser un gen procedente del virus del mosaico de la coliflor).

Para saber si el experimento ha funcionado es necesario, insertar un gen resistente a los antibióticos y rociar las células con una solución antibiótica, y las que sobreviven son aquellas en las que se ha producido la transferencia. Por último, un método que se usa para hacer la transferencia es por medio del bombardeo con un “cañón de genes”. Con este procedimiento el gen que se introduce en la planta modificada puede colocarse, al azar, en cualquier parte del genoma.

Una reglamentación política hecha a medida

Antes de que salgan a la calle los primeros alimentos transgénicos, Monsanto libra una dura batalla para que el reglamento regulador les favorezca. Y lo consigue, el 29 de mayo de 1992, se publica el citado reglamento en el que se dice “los alimentos derivados de variedades vegetales según los nuevos métodos de modificación genética se regulan en el mismo marco y según el mismo enfoque que los surgidos del cruce tradicional de plantas”. Es, como se ve, una manera de no distinguir a unos de otros y de banalizar su existencia. Pero más adelante, el reglamento concede que “en la mayoría de los casos, los componentes de una planta modificada genéticamente serán los mismos que o similares en sustancia a aquellos que se encuentran comúnmente en los alimentos, como las proteínas, las grasas, los aceites y los hidratos de carbono”. Es lo que se llama el principio de equivalencia en sustancia. Con esta coartada se evita que los OMG sean considerados al menos como aditivos alimentarios, lo que permite a las empresas de biotecnología librarse de las pruebas toxicológicas previstas pero también del etiquetado de sus productos. Un resultado excelente para Monsanto que le permite colocar rápidamente sus productos transgénicos en el mercado con la mínima interferencia gubernamental. Se ha dicho de este asunto que “es una de las mayores maquinaciones de la historia agroindustrial” (p.223).

Con este reglamento, Monsanto puede decir que han sido las agencias gubernamentales las que han dicho que los OGM no representan ningún problema, y también puede cubrirse en caso de que las cosas se pusieran feas.

Las influencias de Monsanto

Según las cifras proporcionadas por la Comisión Federal Electoral, en 2002 el partido republicano cobraba de Monsanto 1.211.908 dólares frente a 322.000 del partido demócrata; paralelamente, los gastos para actuar como lobby ascendieron oficialmente a 21 millones de dólares entre 1998 y 2001.

Pero más importante que estos desembolsos es el fenómeno que se llama de “puertas giratorias”, por medio del cual hay una gran fluidez de movimientos en trabajar para la multinacional y luego para el gobierno y viceversa. Por ejemplo, en la administración de G.W. Bush se considera que cuatro ministros importantes eran cercanos a Monsanto, incluido Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, que había sido presidente de una filial de la multinacional.

Pero Monique Robin insiste en detallar este fenómeno de confusión. Así, refiere puertas giratorias en cuatro sentidos: desde la Casa Blanca hacia Monsanto; desde el Congreso a lobbystas de la multinacional; desde las agencias de reglamentación hacia la empresa y desde Monsanto hacia las agencias gubernamentales. Todas estas pasarelas con detalles y nombres (p. 248).

Es el caso de Dan Glickman, que entrevistado por Robin en 2006 le comenta: “¿Sabe usted? El sistema de las puertas giratorias no concierne solo a la agricultura, existe en muchos dominios, como las finanzas o la sanidad”. Glickman fue secretario de Estado de Agricultura con Bill Clinton desde 1995 a 2001, y fue quién autorizó la salida al mercado de todos los OGM que vinieron después de la aparición de la soja transgénica RR (Roundup ready) en 1994. Ya de vuelta de su ardor biotecnológico, declaraba:” Y en tanto que responsable del servicio que regulaba la agricultura, sufrí muchas presiones para, digamos, no ser demasiado exigente… La única vez que osé hablar de ello durante el mandato de Clinton recibí una buena regañina, no solo de la industria, sino también de la gente del gobierno”, especialmente mal recibido fueron aquellas declaraciones de 13 de julio de 1999 en las que dijo que “los contratos firmados con los agricultores deben ser justos, en vez de transformarlos en simples siervos de sus tierras”.

La soja transgénica Roundup ready (RR) de Monsanto

La soja RR es una semilla transgénica que tiene implantada un gen de resistencia al herbicida denominado Roundup (cuyo principio activo es el glifosato) de manera que cuando se esparce este herbicida en una plantación de soja RR todas las hierbas adventicias mueren y la soja RR no es afectada.

Nunca en la historia de la agricultura una invención técnica había sido introducida más rápidamente. Si en 1996 la soja RR cubría 400.000 hectáreas en EEUU en 1997 ya eran 10 millones y 64 en la actualidad. La razón de este “milagro” lo explica un campesino, en 2006, dueño de una inmensa granja. Él argumenta: “Ahora ya no labro los campos: pulverizo el Roundup una primera vez, después siembro directamente en los restos de la cosecha anterior. Es lo que se llama "siembra directa", que permite reducir la erosión del suelo. Luego, a mitad de la estación aplico una segunda vez el Roundup y normalmente es suficiente hasta la siega… este sistema me permite ahorrar tiempo y dinero” (p. 292).

Tres promesas se encuentran implícitas en este tipo de argumentaciones: una que al estar autorizado por la Administración (FDA) no comporta daños ni para la salud ni para el medio ambiente; segunda, que hace necesario un menor uso de herbicidas y tercero que aumenta los rendimientos económicos y productivos.

A pesar de la opinión de algunos agricultores y de la propaganda de la industria, investigaciones fechadas en noviembre de 2002viii] muestran que tanto en EEUU como en Argentina la soja transgénica resistente al glifosato requiere mayor uso de herbicidas que la soja convencional. En EEUU se usa, en promedio, entre el 5 y el 10 por ciento más de herbicida y en Argentina más del doble que con la soja convencional por el uso extendido de la siembra directa.

En la propaganda que hace Monsanto, se afirma que los transgénicos “permiten a los agricultores utilizar menos herbicidas”. “¡Es falso!” contesta a este argumento el agrónomo Charles Benbrook que trabajó como experto agrícola en la Casa Blanca y en la Academia Nacional de Ciencias. Según él esta reducción sólo ocurrió durante los tres primeros años de los cultivos, pero desde “desde 1999 ya no es el caso”, y concretaba: “en 1988 el consumo total de herbicidas utilizados por la soja RR era de media al menos un 30% mayor que el de la soja convencional en seis estado (de EEUU)” (p.329).

Las razones para este aumento se deben a la aparición de las hierbas resistentes al glifosato. En efecto, a fuerza de ser fumigadas con Roundup, varias veces al año y año tras año, las malas hierbas desarrollan una resistencia al herbicida tan eficaz como el OGM que las ha engendrado.

Igualmente, un importante estudio de la Universidad de Wisconsin, que investigó 3.846 campos de soja en ocho estados de EEUU, estableció que la soja transgénica de Monsanto produce rendimientos menores que la convencional, en un 4% en promedio.

Además, y sin olvidar los daños para la salud de los residuos del glifosato como observamos más arriba, se sabe que este herbicida modifica el contenido de hormonas vegetales en las leguminosas, incluida la soja, por lo que puede también afectar a la salud humana.

Por último, la promesa de rendimientos no es para los campesinos expulsados por la implantación de la soja en Argentina. “La expansión de la soja transgénica ha permitido a su vez, un proceso de concentración de la tierra como no se ha visto en la Argentina. Según el último censo agrario, entre 1991 y 2001 han desaparecido alrededor de 160.000 productores pequeños, dando como resultado que 6.200 propietarios posean el 49.6% del total de la tierra y que 17.000.000 de hectáreas se encuentran ya en manos extranjeras” [ix] E, igualmente, en Paraguay los cultivos de soja cubren ya más de la mitad de toda la tierra cultivada y el 90% de la misma es transgénica. De resultas, cien mil pequeños agricultores han sido desalojados de sus tierras.

¿Cómo ocurre este desalojo? Jorge Galeano, del Movimiento Agrario Popular de Paraguay, entrevistado por Robin, en enero de 2007, lo cuenta así: “la técnica de los sojeros es siempre la misma: primero se ponen en contacto con las familias ofreciéndoles comida y juguetes… Luego vuelven y les proponen alquilarles sus parcelas de terreno firmando un contrato de tres años. Las familias siguen viviendo allí pero enseguida se ven afectados por las fumigaciones y entonces les proponen comprarles directamente las tierras. Como estas tierras no tienen títulos de propiedad los productores compran a los funcionarios bien situados de Asunción y así se convierten en los propietarios legales… Entonces llegan los buldózeres que lo destruyen todo y al año siguiente instalan el monocultivo” (p.415).

El aumento vertiginoso de las superficies sembradas de soja RR en Argentina, Paraguay y Brasil, se destinan preferentemente a la exportación y se usa para piensos en la alimentación de aves y cerdos en explotaciones intensivas y ,cada vez más, como agrocombustibles para llenar el depósito de los coches. Robin furiosa ante el espectáculo que ve en estos países del Sur, en donde también los sojeros usan métodos violentos para echar a las gentes de sus casas y campos, exclama indignada: “estos hombres y estas mujeres mueren para que los cerdos y los pollos de la gran Europa puedan comer soja porque nosotros ya no somos capaces de alimentarlos con alimentos producidos localmente” (p.420). Es la dictadura de la soja.

El maíz y el algodón transgénicos Bt de Monsanto

La mayor parte de las semillas transgénicas actualmente existentes están manipuladas para incorporar dos propiedades principalmente: una la de ser resistentes al glifosato (que es el caso de la soja RR que hemos visto y de la colza RR) y otra la de incorporar un insecticida para proteger a las plantas de determinados insectos (es el caso del algodón Bt y el maíz MON 810 de Monsanto y del maíz Bt 176 de Syngenta)

La distribución de las semillas transgénicas en el mundo es como sigue: 70% modificadas para usar glifosato, 29% incorporan el insecticida Bt (Bacillus thuringiensis) y el 1% incorpora otras propiedades.

El Bt (Bacillus thuringiensis) es una bacteria que se utiliza en agricultura ecológica y también en ingeniería genética como genes incorporados al organismo receptor, que le permiten producir una sustancia insecticida o tóxica.

En el caso del maíz MON 810 de Monsanto, se ha producido la modificación genética por la técnica de bombardeo de partículas de ADN cuyos resultados, ya vimos, son azarosos. Según la propia Comisión Europea la creación de OGM está rodeada de incertidumbres.

Los estudios realizados por investigaciones independientes de la propia Monsanto han puesto de manifiesto los siguientes problemas:

- Algunas toxinas Bt no se destruyen por completo durante la digestión y pueden provocar una potente respuesta inmunológica en mamíferos;

- Si los genes Bt pasan a bacterias estomacales, nuestra flora intestinal podría convertirse en una fábrica viviente de proteínas insecticidas;

- los insectos plaga contra los que va el trasgén pueden hacerse resistentes a la toxina insecticida. Algunos estudios han concluido en Navarra que están apareciendo resistencias al Bt en el taladro del maíz

- Estas resistencias pueden que invaliden el uso del Bt en la agricultura ecológica, que se utiliza como un valioso plaguicida que, de forma natural, no da lugar a resistencias;

- La toxina Bt puede afectar a especies protegidas, como es el caso comprobado de la mariposa monarca

- Puede afectar a insectos beneficiosos, la denominada “fauna amiga”;

- Las abejas pueden verse afectadas en su comportamiento alimentario y en su proceso de aprendizaje;

- El Bt usado en agricultura ecológica se descompone con los rayos ultravioletas, por eso se aplica de noche, pero el procedente de trangénicos se puede acumular en los suelos afectando a las larvas de insectos y a las lombrices;

- El Bt puede pasar de los campos de cultivo a los cursos fluviales, dispersándose a largas distancias y afectando negativamente a especies importantes… Por todas estas razones muchas organizaciones ecologistas y campesinas se oponen a este tipo de cultivos.

Aunque Monsanto en su propaganda afirma que “nuestros productos proporcionan importantes beneficios económicos no sólo a los grandes productores, sino también a los pequeños”, el hecho es que en la India, desde la introducción de los cultivos de algodón transgénico Bt de Monsanto, han aumentado los suicidios de campesinos.

La entrevista de Robin (pp. 426 y ss), en 2006, a Kishor Tiwari, dirigente del movimiento Campesino VJAS del Estado de Maharashtra, al sudeste de la India, proporciona respuestas que no dejan lugar a dudas: “Este hombre joven, del que hoy celebramos el funeral, bebió un litro de pesticida… en esta región hay una media de tres suicidios al día… (despliega un mapa de la región lleno de dibujos de calaveras y prosigue) representan todos los suicidios que hemos registrado entre junio de 2005, fecha de la introducción del algodón Bt en el Estado, y diciembre de 2006, en total 1.280 muertos, ¡Uno cada ocho horas!, en cambio aquí donde se produce arroz, como ve, ¡prácticamente no hay suicidios! Por eso decimos que el algodón Bt está provocando un verdadero genocidio”.

Quienes venden las semillas transgénicas suministran también los abonos y pesticidas, y prestan dinero a tasas usureras. Los campesinos están encadenados a los comerciantes de Monsanto a causa de la deuda”.

Todos ellos están endeudados a cuenta del bajo precio a que se cotizan sus cosechas y por la importación de algodón subvencionado procedente de EEUU. La gente está desesperada y no quiere más algodón Bt. ¿Y porqué no vuelven al algodón convencional?, la respuesta es que “estos campesinos tendrán muchos problemas para encontrar semillas de algodón no transgénico porque Monsanto controla la casi totalidad del mercado”. En esta tesitura, atrapados entre las deudas, los bajos precios y Monsanto se desesperan y terminan suicidándose muchos de ellos.

Trabajos realizados en 2002 y 2003 en unan vasta investigación sobre el terreno, en el Distrito de Warangal, donde 1.200 campesinos habían sucumbido a las promesas de Monsanto, dieron resultados incuestionables “los costes de producción del algodón Bt han sido de media 1.092 rupias por acre (unos 50 € por ha – los salarios de la mayoría de los obreros era de 110 € al mes) más elevados que los del algodón no Bt. Además la bajada de rendimientos para el Bt ha sido del 35%... El 78% de los agricultores declararon que no lo volverían a plantar al año siguiente” (p.438)

La ley de Monsanto

En diciembre de 2004, Marie-Monique Robin se entrevista con Vandana Shiva (pp. 449 y ss), la célebre activista india. Hablan de las llamadas “revoluciones verdes”:

“Desgraciadamente, la segunda revolución verde, la de los OGM, será aún más mortífera” - concreta Vandana

- ¿En qué se diferencian? - Pregunta Robin.

- La primera estaba dirigida por el sector público, la segunda por Monsanto, La primera tenía como objetivo proporcionar más comida, aunque como objetivo oculto el vender más productos químicos. La segunda revolución solo tiene como objetivo aumentar los beneficios de Monsanto, que ha logrado imponer su ley en todo el mundo- responde Vandana.

- ¿Qué es la ley de Monsanto? - pregunta Robin

- Es la de las patentes. El verdadero objetivo de la empresa no es la manipulación genética sino obtener patentes… y una vez que haya puesto como norma el derecho de propiedad de los granos modificados genéticamente podrá cobrar royalties; dependeremos de ella para cada grano que sembremos y para cada campo que cultivemos … [ y aunque en la India está prohibido patentar semillas] Monsanto y el gobierno estadounidense llevan diez años presionando al gobierno indio para que aplique el acuerdo ADPIC (Acuerdo relativo “a los aspectos de la propiedad intelectual que afectan al comercio”) de la organización Mundial de Comercio (OMC)- explica Vandana.

- ¿Y que consecuencias tiene el patentado del ser vivo para las poblaciones del sur?- pregunta Robin fascinada.

- ¡Son enormes!, porque las patentes desempeñan el mismo papel que le movimiento de los enclousures[x] en la Inglaterra del siglo XVI-dice Vandana.

El acuerdo ADPIC fue concebido por las multinacionales para apropiarse de los recursos genéticos del planeta, especialmente de los países del sur que son los que poseen la mayor diversidad. El acuerdo se concreta diciendo que una patente obtenida en EEUU, por ejemplo, por Monsanto, sea aplicable automáticamente en todo el mundo, y que no encuentre las particularidades de India o Argentina que no patentan seres vivos.

El acuerdo ADPIC es incompatible con la Convención sobre la Biodiversidad firmada en 1992 en Río. Por eso EEUU no firmó esta Convención.

Un coloso con pies de barro

Pero, ¿quién hay detrás de todo este tinglado tan siniestro? Una ideología: obtener beneficio a toda costa y cuanto más mejor, ahora y en el futuro. Es esa retroalimentación del capitalismo que terminará, antes o después, en su autodestrucción, mayor aún que la actual.

Y unos accionistas: bancos importantes (Deutsche Bank, Barclays, Morgan Stanley, Goldman Sachs…), grandes empresas (General Electric) y grupos de inversión (Fidelity Investment, TIAA-CREFF…) (p. 466)

La TIAA-CREFF, con el 1.5% de acciones de Monsanto, es un prestigioso fondo de pensiones que representa una de las instituciones financieras más importantes de EEUU, que presume de hacer inversiones responsables. Esta práctica es lo que se llama responsabilidad social corporativa (RSC) o lavado de imagen. Interpelados por la autora del libro, comentan que los OGM no están desprestigiados en EEUU.

En 2005, se publica un informe titulado “Monsanto y la ingeniería genética: los riesgos para los inversores”, por una empresa de análisis “extrafinancieros” (p. 468), en el que se da a la empresa el peor rating medioambiental de los posibles. En conversación con el autor, éste explica los factores de riesgo de Monsanto: “ los OGM son los productos más fuertemente rechazados que hayan existido nunca… más de 35 países han anunciado la limitación de importaciones y exigen el etiquetado de los alimentos… muchos grandes distribuidores europeas (Nestlé, Unilever, Carrefour, etc.) han establecido medidas para asegurarse de que no se utilizan ningún ingrediente transgénico en sus productos, En EEUU Monsanto ha tenido que retirar de los mercados sus patatas Bt después de que empresas como McDonald´s, Burger King y otras se negaran a comprarlas…"

Como hemos visto más arriba, a pesar de las ingentes inversiones y presiones realizadas, y de todo el poderío de Monsanto, el 92% de todas las tierras cultivables sigue libre de OGM, y las resistencias de la sociedad no paran de aumentar.

Los gigantes con pies de barro, a la larga resultan fácilmente abatibles por esa nube de mosquitos denominados pequeños David.

Las resistencias. El caso de Percy Schmeiser

El canadiense Percy Schmeiser representa la “bestia negra de Monsanto, una china en su zapato”, “el hombre que se rebeló contra Monsanto” (p. 320). Este agricultor desde hace cincuenta años cultiva una explotación familiar de 600 hectáreas. Su caso empezó en verano de 1997, cuando trata de eliminar adventicias con Roundup y se da cuenta que resisten a la fumigación; la multinacional le informa de que se trata de la colza RR lanzada hace dos años al mercado. Cuando al cabo de dos años se dispone a segar su colza, desde Monsanto le informan que han detectado colza transgénica en sus campos. Ha sido contaminado por sus vecinos convertidos a los OGM. Por los análisis de muestras tomadas por Monsanto en su granja, ilegalmente, se revela que el 90% está contaminado a causa de los vecinos.

La multinacional le ofrece un acuerdo amistoso so pena de ser llevado a los tribunales. Como se resiste se juzga el caso y el juez dictamina, en 2001, algo sorprendente: que “un granjero cuyo campo contiene plantas procedentes de semillas traídas por el viento desde el campo de un vecino, o germinadas por el polen aportado por insectos, pájaros o el viento, puede poseer estas semillas o plantas aun cuando no tuviera intención de plantarlas… porque equivale a apropiarse de la esencia de la invención de los demandantes utilizándola sin su permiso” (¡¡¡) Lo condena a 15.450 dólares canadienses (unos 11.350 €) y a las costas.

Es un veredicto extraordinario, supone que un agricultor infringe la ley de patentes cuando es contaminado por OGM sin su consentimiento. Schmeiser apela y vuelve a perder. No se rinde a pesar de que ha sacrificado todos los ahorros de su jubilación (tiene 70 años) y parte de sus tierras para su defensa (200.000 dólares canadienses, o 147.000 euros). “Ya no es cuestión de Schmeiser, sino de todos los campesinos mundo” dice, y acude al Tribunal Supremo de Canadá. El 21 de mayo de 2004 este tribunal emite un veredicto muy esperado: por cinco votos a cuatro los jueces confirman ambas decisiones anteriores, pero, curiosamente, eximen al granjero de pagar los daños y perjuicios, así como los gastos judiciales de la empresa. El comentario a este juicio casi salomónico es como comenta la prensa “dan con una mano lo que quitan con la otra”. Pero para la empresa es una victoria por lo que comentan “la decisión refuerza nuestra manera de hacer negocios” (p. 324). Las espadas, pues, siguen en alto.

La contaminación de los OGM hacia la agricultura convencional o ecológica, respaldada con sentencias de este tipo, refuerza el argumento dado en cabeza de este artículo por los representantes de la industria biotecnología: con el tiempo el mercado estará inundado y lo único que los campesinos y consumidores podrán hacer es rendirse a los pies de Monsanto. Pero ya hemos visto que no es así. El gigante tiene los pies de barro.

En efecto, en 2007 Percy Schmeiser, demandó judicialmente a la trasnacional Monsanto que pagara por la limpieza de sus campos porque habían sido contaminados con colza transgénica patentada por esa compañía. Ya en la corte, en marzo de 2008 el juez ordenó a Monsanto a pagar la descontaminación. El pago fue por 640 dólares canadienses, "y ya puede uno imaginar la pena que le dio a una multinacional de ese tamaño pagar esa cuenta (pero) es una gran victoria no sólo para mi familia, sino para todos los agricultores, pues establece un precedente de que Monsanto y cualquier otra compañía tiene que limpiar por la contaminación de transgénicos. Esto es importante pues entramos en el área de las responsabilidades”, ha comentado Schmeiser después de la sentencia y de llevar más de diez años luchando contra Monsanto

A modo de resumen:

Cinco países, cuatro productos, dos propiedades, dos funciones, una multinacional forman el cuadro de los cultivos transgénicos: (EEUU, Canadá, Brasil, Argentina e India: soja y colza RR, maíz y algodón Bt: incorporar resistencia a herbicida e insecticida: engordar el ganado y llenar el depósito para Occidente: Monsanto.)

Como se ve, se trata de cultivos para alimentar el ganado o para usos industriales, nada que ver con paliar el hambre de los 1.020 millones de hambrientos que existen hoy en el mundo

Con unos peligros nada desdeñables. He aquí un decálogo de los mismos:

1. Riesgo para la salud pública
2. Contaminación genética incontrolada
3. Aumento de la contaminación química por mayor uso de biocidas.
4. Pérdida creciente de biodiversidad agropecuaria y silvestre.
5. Aumento de la inseguridad y pérdida de soberanía alimentaria
6. Enorme concentración de poder en unas pocas empresas
7. Degradación de la democracia: puertas giratorias y lobbys
8. Incremento de la desigualdad Norte-Sur
9. Perjuicios para agricultura ecológica: contaminación
10. Privatización y mercantilización de los seres vivos: patentes [xi]

Finalmente, un gigante con los pies de barro.

CODA

"Cuando se preocupa al ver a los cinetíficos tratando de reconstruir las formas de vida a su criterio (mediante la ingeniería genética), la gente crea o no en Dios, reacciona por respeto a la creación, por deferencia hacia lo que 3.000 millones de años de evolución han producido desde las algas azules. ¿Por qué tienen más confianza en esa herencia? Por que es el resultado de múltiples intentos, múltiples errores, una selección fantástica, y funciona. Saben perfectamente que ha habido fallos, enfermedades genéticas, etc. No obstante el público no está convencido de que los manipuladores, sometidos a presión, vayan a encontrar lo mejor. Esta especie de fe en la naturaleza, que poco importa a algunos desde la superioridad de sus arrogantes certezas, no es más que sentido común: el respeto a la vida"

28/7/10

Cuál te parece Mejor la Agricultura Transgenica u Orgánica

Este articulo es para debatir sobre los posibles efectos en la salud humana y otras cosas más.

El hombre es independiente de las leyes que rigen los equilibrios ecosistemáticos, si ello no fuera así, no existirían problemas ambientales, porque las sociedades humanas estarían regidas por las mismas leyes que determinan el crecimiento y el comportamiento poblacional de cualquier especie. Pero el hombre modifica todas las leyes ecosistemáticas en función de su cultura; lo que ésta modifica son todas aquellas regulaciones biofísicas, Inter e intraespecíficas que actúan sobre los ciclos de la materia y los flujos de la energía en el ordenamiento ecosistemático.

Desde hace miles de años los agricultores han estado alterando la estructura genética de los cultivos que siembran. La selección efectuada por el hombre para obtener características tales como el crecimiento mas rápido, semillas mas grandes o frutos mas dulces ha modificado notablemente a las especies vegetales, en comparación de sus parientes silvestres. El desarrollo en los últimos años de las técnicas de la biología molecular ha dotado al hombre de herramientas que le permiten acceder y manipular el ADN de los organismos. Una de las aplicaciones de lo que se ha llamado "ingeniería genética" consiste en el desarrollo de técnicas moleculares para la modificación genética de variedades de plantas, animales y microorganismos utilizados como alimentos o que intervienen en el proceso de obtención de alimentos. Estos alimentos así obtenidos son llamados alimentos "transgenicos" pues provienen de organismos portadores de material genético perteneciente a especies no emparentadas que le han sido transferidos por medio de ingeniería genética; la manipulación de la información genética de diferentes especies se hace con el fin de mejorar la calidad de vida del hombre; es evidente por ende su uso en la solución de problemas que aquejan a la sociedad como lo es el hambre.

La tecnología transgenica permite que organismos que hasta ahora habían estado por completo fuera de la gama de posibilidades de ser donadores de genes pueden ser usados para donar características deseables a plantas de cultivo. Estos organismos no proporcionan su conjunto completo de genes, mas bien donan solo uno o unos cuantos genes a la planta receptora. Las plantas transgénicas fueron creadas por primera vez a comienzos de los años 80 por cuatro grupos que trabajaban de manera independiente en la universidad de Washington, St. Louis, Missouri, la Rijksunivesiteit en Gante(Bélgica), la empresa Mosanto en St. Louis, Missouri, y la universidad de Wisconsin. Estas primeras plantas Transgenicas eran especímenes de laboratorio, pera la investigación posterior ha desarrollado plantas transgenicas con características útiles desde el punto de vista comercial, manipulando la información interna de los cultivos seleccionados al introducirles cambios de color, sabor, resistencias a plagas obtenidas principalmente de bacterias u otros vegetales con el fin de producir un alimento de mejor calidad tanto en nutrimento como en rendimiento económico.

Por la reciente aplicación de esta nueva técnica en cultivos de consumo humano se han encontrado inconsistencias en los productos resultantes lo que han que algunas comunidades científicas y grupos sociales se inclinen por la agricultura orgánica; la cual integra los aspectos benéficos de la agricultura tradicional (indígena, negra, campesina) y los adelantos científicos. Busca producir alimentos de la mejor calidad sin alterar el medio ambiente, ni agotar los recursos naturales, evitando todas las formas de contaminación, manteniendo y ampliando la biodiversidad generando un entorno laboral saludable.

Efectos de los transgenicos en el mundo actual

En realidad como me preocupa este tema de los transgenicos, la verdad no puedo hacer yo sola nada pero lo que me resta es compartir con vosotros y conozcan más a fondo sobre el efecto que tiene en el mundo de hoy día los transgenicos. Aqui les dejo un material de la ONG

Greenpeace España



Quien alimenta a quien?

Presentamos tres fragmentos de uno de los más recientes documentos de investigación del Grupo ETC, con atisbos y cifras del universo de personas, colectivos, comunidades, grupos, que reivindican el cultivar sus propios alimentos [en su sentido más vasto] en todo el mundo y que son muchos más de lo que luego suponemos. Campo y ciudad. Cultivo, recolección, animales de corral, pastoreo, caza y pesca. Este retrato contradice a una industria alimentaria que presume tener las soluciones para el hambre en el mundo.

La cadena alimentaria industrial

El modelo agroindustrial habla de una “cadena” alimentaria, con Monsanto en un extremo y Wal-Mart en el otro: una cadena sucesiva de empresas agroindustriales, fabricantes de insumos (semillas, fertilizantes, pesticidas, maquinaria) vinculadas con intermediarios, procesadores de alimentos y comerciantes al menudeo.

Noventa y seis por ciento de toda la investigación agrícola y sobre alimentos ocurre en los países industrializados y el 80 por ciento de esa investigación se ocupa del procesamiento y distribución de alimentos. En la última mitad del siglo pasado, la cadena alimentaria industrial se consolidó tanto que cada eslabón —de la semilla a la sopa— lo domina un puñado de multinacionales que trabajan con una lista de bienes de consumo cada vez más restringida, que tiene a la humanidad en peligro de desnutrición o sobrepeso.

La cadena alimentaria industrial se enfoca en menos de 100 variedades de cinco especies de ganado. Los fitomejoradores corporativos trabajan con 150 cultivos pero se enfocan en apenas una docena. De las 80 mil variedades comerciales de plantas que hay en el mercado, casi la mitad son de ornato. Lo que resta de nuestras mermadas reservas de peces viene de sólo 336 especies, que son dos terceras partes de las especies acuáticas que consumimos. Al perderse biodiversidad, el contenido nutricional de muchos de nuestros granos y hortalizas ha caído entre el 5 y el 40 por ciento, de modo que hoy tenemos que comer más calorías para obtener los mismos nutrientes que antes.

Ante el caos climático, la cadena alimentaria industrial nos impone un régimen de patentes que favorece la uniformidad por encima de la diversidad y refuerza un modelo tecnológico al que le cuesta más tiempo y dinero obtener una variedad diseñada en laboratorio que lograr cientos de variedades convencionales. En resumen, las empresas no saben quiénes padecen hambre, dónde se encuentran o qué necesitan.

El Banco Mundial y muchas agencias de desarrollo bilateral creen en la falacia de que el desarrollo agrícola puede escoger a voluntad qué eslabones de la cadena prefiere aprovechar. Esta visión es ingenua. La razón por la que empresas como Monsanto, DuPont y Syngenta (que controlan la mitad de la oferta comercial de semillas patentadas y más o menos el mismo porcentaje del mercado mundial de pesticidas) se concentran en engendrar cultivos como el maíz, la soya, el trigo y ahora el arroz es porque las grandes compañías procesadoras de alimentos, como Nestlé, Unilever, Kraft y ConAgra pueden manipular sus baratos carbohidratos como relleno (estos cuatro cultivos constituyen dos tercios del aporte calórico para los consumidores estadounidenses) y convertirlos en miles de productos alimentarios (y no alimentarios) que le “dan volumen” a mercancías más caras. A su vez, las empresas procesadoras buscan, por todos lo medios posibles, cumplir las exigencias de las grandes empresas de comercio al menudeo, como Wal-Mart, Tesco, Carrefour y Metro, las cuales demandan productos baratos, uniformes y predecibles en sus estantes y no dudan un instante en intervenir en otros eslabones de la cadena alimentaria para dictar el modo en que deben producirse los alimentos (y elegir cuáles agricultores serán aceptados)

Por medio de una cultura corporativa y mercados compartidos, algunos de los eslabones de la cadena alimentaria han desarrollado fuertes vínculos informales: por ejemplo, Syngenta mantiene una estrecha relación con Archer Daniels Midland; Monsanto con Cargill y DuPont con Bunge. (1) El modelo industrial es una cadena cargada de grilletes. Comprar en alguno de los segmentos implica comprar en todos los segmentos del modelo.

El tejido campesino de producción de alimentos

Sin embargo, el sistema alimentario dominante, durante la mayor parte de la historia y aún para la mayoría de la humanidad actual no es una cadena, es un complejo tejido de relaciones. Los alimentos se mueven en este tejido: los campesinos son también consumidores que intercambian entre sí; los consumidores urbanos son también cultivadores de alimentos propios que cultivan e intercambian sus productos; los campesinos son también, a menudo, pescadores, recolectores o sembradores de forrajes y sus tierras existen dentro de un ecosistema de múltiples funciones.

El 85% de los alimentos que se producen es consumido en la misma región ecológica o por lo menos dentro de las fronteras nacionales. Y la mayor parte se cultiva fuera del alcance de la cadena de las multinacionales.

La mayor parte de esta comida se cultiva a partir de variedades campesinas, sin utilizar los fertilizantes químicos que promueve la cadena industrial. Los campesinos crían 40 especies de ganado y casi ocho mil variedades. Los campesinos crían cinco mil de los cultivos domesticados y han aportado más de 1.9 millones de variedades vegetales a las existencias genéticas del planeta. Los pescadores campesinos recogen y protegen más de 15 mil especies de agua dulce. El trabajo de campesinos y pastores en mantener la fertilidad del suelo tiene un valor 18 veces superior al valor de los fertilizantes sintéticos que proveen las siete corporaciones más grandes del mundo en el ramo.

Los campesinos no hacen consorcios, pero están organizados. Existen 1 500 millones de campesinos en 380 millones de fincas, ranchos, chacras, parcelas; 800 millones más cultivan en las ciudades; 410 millones recolectan la cosecha oculta de nuestros bosques y sabanas; hay 190 millones de pastores y bastante más de 100 millones de campesinos pescadores. Por lo menos 370 millones de todos ellos pertenecen a pueblos indígenas. Juntos, esos campesinos son casi la mitad de la población mundial y cultivan al menos el 70 por ciento de los alimentos del planeta. Mejor que nadie, ellos alimentan a quienes sufren hambre. En 2050, para alimentarnos, necesitamos de ellos y de toda su diversidad.

Gráfica 1

70%: Los campesinos alimentan al menos al 70% de la población mundial

50% Porcentaje mundial de los alimentos producidos por campesinos

30% Porcentaje mundial de los alimentos que provienen de la cadena alimentaria industrial

12.5% Porcentaje mundial de los alimentos que proviene de la caza y recolección

7.5% Porcentaje de los alimentos que producen campesinos habitantes de ciudades

Los productores de alimentos en pequeña escala son aquellos hombres y mujeres que cultivan y cosechan alimentos y también frutos de los árboles, lo mismo que ganado, pescado y muchos otros organismos acuáticos. Entre ellos se incluye a los pequeños propietarios campesinos, a los granjeros y ganaderos familiares, a los pastores sedentarios o nómadas, a los pescadores artesanales y a los campesinos y jornaleros sin tierra, a los jardineros y hortelanos, a los pobladores de bosques, a los campesinos indígenas, a los cazadores y recolectores, así como a todos los usufructuarios en pequeña escala de los recursos naturales para producir alimentos. —Michel Pimbert. (2)

Campesinos: la cuenta en detalle

Mientras que los especialistas en estadística piensan en términos de una población de más o menos 1 500 millones de agricultores en pequeño (campesinos), la cifra más realista se aproxima al doble, si se considera plenamente a quienes cuidan hortalizas y crían animales en las urbes, a los pastores nómadas, a los pescadores y a la gente que cuida los bosques del mundo. Quienes tienen huertos en las ciudades con frecuencia se desplazan entre el campo y la ciudad y los pescadores también siembran. He aquí un cálculo diferente.

Agricultores

De los 450 millones de establecimientos agrícolas, 382 millones (85%) tienen una extensión de 2 hectáreas o menos y las estadísticas se refieren a sus poseedores como pequeños propietarios o campesinos.(3) Casi 380 millones de estas fincas agrícolas están ubicadas en el Sur global, y al menos 1 500 millones de personas (cuatro por finca) viven en ellas.(4) Es significativo que 370 millones (5) son campesinos indígenas en por lo menos 92 millones de pequeñas fincas o rancherías. En total, es probable que los campesinos posean bastante más que la mitad de las tierras de cultivo del mundo. De las 1560 millones de hectáreas globales de tierras arables para cultivos estacionales o permanentes (muchos países clasifican como “campesinos” a quienes poseen 5 hectáreas o menos de tierra), los campesinos poseerían cerca de 764 millones de hectáreas y no menos de 225 millones de hectáreas estarían en manos de grandes agricultores.(6) Los agricultores medianos estarían en posesión de 571 millones de hectáreas (con un promedio de 36.8 hectáreas por cada uno).(7) Algunos investigadores incorporan las “fincas” campesinas con una extensión inferior a 0.1 hectáreas por persona. La inclusión de estos campesinos casi sin tierra a los cálculos de la productividad distorsiona fuertemente la productividad real de las unidades campesinas.

Pastores

Cerca de 640 millones de campesinos crían animales, más unos 190 millones de pastores nómadas crían ganado para su propio consumo y el de los mercados locales.(8) Como los pastores están en continuo movimiento y de manera rutinaria atraviesan fronteras nacionales, rara vez se les incluye en los cálculos sobre la seguridad alimentaria.

Pescadores

Existen en el mundo entre 30 y 35 millones de pescadores, pero probablemente más de 100 millones de campesinos están involucrados en actividades pesqueras, en el procesamiento y en la distribución de un volumen que asciende a cerca de la mitad del pescado capturado en el mundo para el consumo humano directo (unos 30 millones de toneladas métricas).(9) Estas cifras, sin embargo, sólo hablan de la producción campesina para el mercado y no de las actividades de pesca y acuacultura realizadas por los pueblos indígenas, los campesinos rurales y urbanos fuera del mercado. En total, 2 900 millones de personas obtienen 15% o más de sus proteínas de especies marinas o de agua dulce. En los países más pobres, el 18.5% de las proteínas son provistas por pescadores artesanales de pequeña escala o de autosubsistencia.(10) A diferencia de la mayoría de las empresas industriales de pesca y de los barcos-fábrica que surcan los océanos en busca de especies para fabricar alimento animal, los pescadores artesanales se concentran sobre todo en pescado para el consumo humano.

Gente que cuida huertos urbanos

Antes de la actual crisis alimentaria, se estimaba que unos 800 millones de personas estaban involucradas en la agricultura urbana. De éstas, 200 millones producen alimentos primordialmente para los mercados locales y logran dar empleo permanente a cerca de 150 millones de miembros de sus familias. En promedio, las ciudades del mundo producen casi un tercio de su propio consumo alimentario.(11) En tiempos de altos precios de los alimentos, las actividades de agricultura urbana y periurbana, así como de la cría de animales en traspatios, se incrementa significativamente.

Cazadores y recolectores

No es posible cuantificar la proporción del abasto alimentario proveniente de los bosques, las orillas de los caminos y carreteras y otras tierras “marginales”. Lo que sí sabemos es que al menos 410 millones de personas viven en (o junto a) zonas boscosas y de ellas obtienen muchos de sus alimentos y formas de vida. En total, 1 600 millones de personas obtienen una parte de sus alimentos y otros materiales necesarios para la vida de los bosques del mundo.(12) www.ecoportal.net

Esto es lo que cada día preocupa más por la situación que crea HAMBRE Y MÁS HAMBRE....

9/6/10

Consecuencia de la nueva agricultura

Acerca de la “sustentabilidad” y el desarrollo capitalista en el agro.
 
Este Post es para analizar y pensar.

No quedan dudas de que el avance del capital destruye el medio ambiente. Hasta la burguesía, a través de voceros como Al Gore, lo reconoce. De hecho, una parte importante del éxito electoral de Pino Solanas puede atribuirse a su supuesta lucha en favor del “planeta”. En sintonía con este planteo, en los últimos años se han publicado una gran cantidad de trabajos que analizan el agro y la producción sojera desde una mirada ecologista.

Una simple planta aparece como culpable de todos los males: desertificación, contaminación, deforestación, desplazamiento y desaparición de los pequeños productores, hambre, pobreza y muerte. En el presente artículo, mostramos que los problemas lejos están de haber nacido con la implantación de la siembra directa y el uso del glifosato que resultó del uso de la soja transgénica. Incluso, en algunos aspectos parciales, la situación previa era peor. También discutiremos la idea de que los pequeños productores, como afirman varios grupos ecologistas como GRAIN o Vía Campesina, son más amables con el medio ambiente.

El falso debate entre bondades y maldades del yuyo maldito no hace más que desviar la atención hacia el verdadero causante de la destrucción del planeta, el capital. Lejos de mejorar las condiciones de vida de la clase obrera frente al ataque del capital, las salidas “antisoja” confunden el fenómeno con la causa y por lo tanto desvían el eje de la discusión.

No culpes a la soja

Toda la discusión y la crítica están centradas en el “yuyo maldito”. Como si una planta, fuera la responsable y no el uso que se le da en determinadas relaciones sociales, como si este cultivo fuera especialmente malo, y todos los problemas se esfumaran sembrando otro. “Desmontes realizados para aumentar el área agrícola, cambios en la forma de laborar la tierra, riesgos que acompañan la introducción de los cultivos transgénicos, peligros del monocultivo de soja, contaminación de las napas de agua, intoxicación de humanos y de otras especies con agrotóxicos, pérdida de la fertilidad de los suelos, destrucción del hábitat de vida silvestre, desaparición de pequeñas explotaciones rurales y desarraigo de población”, son todos problemas que el economista Miguel Teubal enumera como consecuencia de una “nueva agricultura”.
Una mirada más detenida nos muestra que ni esta agricultura es “nueva”, ni los problemas son “nuevos”, ni son consecuencia exclusiva de la soja. Tomemos algunas de estas cuestiones para analizar más detenidamente.
Un hecho indiscutible es la pérdida de fertilidad de los suelos. Actualmente en el país se reponen menos nutrientes de los que se extrae en cada cosecha. Según el Ingeniero Agrónomo Walter Pengue, uno de los principales críticos del actual modelo productivo, “la extracción continua de nutrientes del suelo provocará que en veinte años las deficiencias de nitrógeno limiten los rendimientos en un 60% a 70% de las áreas cultivadas del país, mientras que las deficiencias de fósforo serán severas a moderadas en un 70% de los suelos cultivados y en 60% de los mejores suelos”. Sin embargo, el propio autor aclara a continuación que la “solución a este singular problema es que habrá un vuelco en el consumo de fertilizantes y correctores de suelos, que por ahora sigue siendo muy bajo”.(3) El hecho de que actualmente se repongan menos nutrientes de los que se extrae no implica ni un problema de la soja (extrae niveles similares a los demás cultivos e incluso, en el caso del nitrógeno, menos (4) ni avala una propuesta de retorno a las rotaciones agrícolas-ganaderas, como plantea el mismo autor, que llevaría a un encarecimiento insostenible de los alimentos.

En el caso de la expansión de la soja a zonas extrapampeanas, con ecosistemas más frágiles, lo cuestionable es el planteo de la “novedad” de estos problemas. Baste recordar procesos similares a lo largo de todo el siglo XX como la destrucción de la selva misionera para permitir el cultivo de yerba mate y té, así como del bosque chaqueño y las selvas del NOA, previos a la expansión sojera.(5) Tomando datos de Greenpeace, de 1998 al 2006, la deforestación de zonas del NOA y el Chaco ha avanzado sobre casi 2 millones de hectáreas. También encontramos el ejemplo contrario en la región mesopotámica donde, lejos de tener alguna relación con la soja, es la forestación la que trae problemas al ecosistema. Los bosques de pinos y eucaliptos, con fines industriales para extraer celulosa, han sido plantados sobre la vegetación autóctona que regulaba la humedad y evitaba sequías e inundaciones.(6)
Por último, podemos mencionar al glifosato, otro “demonio” muy de moda últimamente. Al respecto hay que tener en cuenta que este herbicida pertenece, dentro de la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (1988), al grupo de herbicidas de toxicidad clase IV, “prácticamente no tóxicos” y según datos de 2001, la introducción de la soja tolerante a herbicidas, representó una disminución de la cantidad utilizada de herbicidas de toxicidad clase II y III, todos ellos más peligrosos para la salud humana.(7) Sin embargo, es cierto que el uso excesivo del glifosato, está generando resistencia en algunas malezas, lo cual obliga a combinarlo con los herbicidas anteriores, más tóxicos, como la Atrazina o el 2,4-D (componente del Agente Naranja que utilizaron los EE.UU. en Vietnam). En este caso, la solución pasa no por volver a un componente más tóxico, sino por desarrollar un nuevo glifosato, apto para las resistencias creadas por el anterior.

No todo pasado fue mejor

Como se observa, varios de los “males” que se mencionan cuando se critica el avance sojero, efectivamente existen. Pero culpar a la soja y su paquete tecnológico basado en semillas transgénicas y glifosato implica no entender como avanza el capital en el sector agropecuario, e ignorar las transformaciones que sufrió el agro argentino desde la década de 1960. En particular, implica embellecer el desarrollo previo, basado en el maíz y el trigo, que estaba llevando a la pampa a una destrucción generalizada de suelos.

En efecto, luego de un período de crisis o estancamiento en la agricultura (y crecimiento ganadero) en la década de 1940, el agro pampeano se recupera en los '50 y empieza una etapa de fuerte crecimiento en la década siguiente, que se denominó “agriculturización”. Este procesó implicó una intensificación de la producción agraria, expandiendo el área sembrada, eliminando las rotaciones entre agricultura y ganadería y aplicando nuevas tecnologías para aumentar la productividad. El agro pampeano registró en los ‘60 un importante salto tecnológico con la renovación del parque de maquinarias (de mayor tamaño y potencia) y la difusión de nuevos agroquímicos, mientras que, en la década de 1970, la expansión de la soja permitió un fuerte aumento de la producción a través del doble cultivo, fenómeno que explotará en los ’90, con la introducción de la siembra directa y el glifosato.

Estas transformaciones, a las que se identifica con la causa de los problemas ecológicos actuales de la pampa, vinieron en realidad a frenar un proceso de desertificación que se venía intensificando desde los '40. Efectivamente, el sistema productivo de esa época, basado principalmente en el maíz y el trigo, tenía problemas peores a los de la actualidad, si pensamos que no existía la siembra directa y que se aplicaban mayores dosis de agroquímicos aun más tóxicos que los actuales.

En cualquier período de la historia del agro argentino que se analice, el capital ha procedido igual. Donde haya mayores ganancias habrá mayor afluencia de capitales y mayor inversión en tecnología. Tecnologías que aumentan los rendimientos, ahorran trabajo y permiten expandir las tierras de cultivo a zonas donde antes no era agronómicamente posible. Si ello puede hacerse en condiciones ecológicas mejores, se hará. Si no, se tomará el camino que marque la rentabilidad. Lo que es curioso es que, al revés de lo que cree la vulgata, rentabilidad y mayor sustentabilidad se juntan (bien que contradictoria y parcialmente) en la soja y lo inverso puede decirse del dúo trigo-maíz. La ausencia de una visión más general y de largo plazo en la mayoría de los trabajos sobre la cuestión de la sustentabilidad, lleva a plantear una visión idílica y romántica del campo argentino antes de la soja.
En la actualidad, a través de un nuevo salto tecnológico, se ha aumentado la productividad. Estos avances potencian el desarrollo capitalista, con todo lo que ello implica, es decir, polarización social, concentración y centralización de capital y destrucción de los recursos naturales. Hacer eje en la soja esconde que el problema son las relaciones sociales en las que vivimos, y que la lucha no se debe plantear contra la soja sino contra el capitalismo. Por eso, aunque este modelo “sojero” sea mejor que el anterior, para nosotros el problema sigue siendo el mismo y tan grave como siempre lo fue.

Falsas salidas

El desarrollo de las fuerzas productivas por parte del capital trae aparejado la destrucción del medio ambiente. A mayor desarrollo, más potencial destructivo. Pero al capital global no le favorece la contaminación ni la destrucción ambiental, sino que es una consecuencia de la búsqueda de ganancias de cada capital individual. Por esa razón, es que existe una política propiamente burguesa enfocada en la ecología y el cuidado del medio ambiente, que logra ciertos paliativos o mejoras parciales pero que deja intactas las causas de fondo que producen esos males. En ese sentido se enmarcan las salidas ecologistas progres. Peor aun son las propuestas de aquellos que se creen más a la izquierda y creen que favorecer a los pequeños productores y los planteos de reforma agraria constituyen una solución. Por la propia dinámica de la competencia, los capitalistas más chicos deben ahorrar costos por la vía de rotar menos la producción, restituir menos nutrientes, proteger menos a los trabajadores rurales y abusar más de plaguicidas. Plantear que los chacareros o la agricultura familiar es más sana es, como mínimo una utopía, si no una abierta apología del capital más reaccionario.

Esto nos muestra las propias contradicciones del capital, por lo que la clase obrera sólo puede avanzar hacia un mejor trato con la naturaleza si avanza en la productividad del trabajo que permita amortizar técnicas menos agresivas que de por sí son más costosas. Para hacerlo, la solución es avanzar hacia la concentración de la tierra en mayor escala. Es decir, plantear la producción socializada en el agro pampeano. Sólo así podrán superarse los problemas históricos planteados y no pensando que los males del mundo se reducen a una simple oleaginosa.

4/6/10

Paraguay: Mesa Redonda sobre Soja Responsable

Carta abierta: Crece la oposición a la Mesa Redonda sobre Soja Responsable

Mayo 2010

Las organizaciones abajo firmantes rechazamos el rótulo “responsable” que ha desarrollado para la soja la Mesa Redonda sobre Soja Responsable (RTRS, por su sigla en inglés). Los esfuerzos de la Mesa Redonda sobre Soja Responsable tendientes a ‘maquillar de verde’ la producción a gran escala de soja transgénica etiquetándola a tal efecto como “responsable” agravarán los problemas que acarrea la producción industrial de soja, en lugar de contribuir a solucionarlos.

Se supone que la RTRS lanzará al mercado su rótulo “responsable” tras la celebración de su conferencia anual en junio de 2010 en Brasil. La producción industrial de soja ha provocado graves daños sociales y ambientales en América del Sur, entre otros la destrucción del hábitat, deforestación, destrucción de los sistemas alimentarios locales, degradación de la fertilidad del suelo, exposición de la población local a plaguicidas tóxicos, y la expulsión y desplazamiento masivo de comunidades locales y sistemas de agricultura a pequeña escala.

En el Norte, la producción de soja a gran escala ha facilitado una industrialización sin precedentes de la cadena alimentaria, aumentando la dependencia en alimentos importados para la cría y engorde de animales, fomentando patrones de producción de proteína animal insustentables que traen consecuencias negativas para la agricultura, el medioambiente y la salud de la población, y estimulando asimismo patrones de consumo insustentables. Los sistemas de producción intensiva de carnes, leche y huevos vuelcan a la atmósfera cantidades importantes de emisiones de gases de efecto invernadero, y los agrocombustibles derivados del aceite de soja podrían generar más emisiones que los combustibles fósiles.

Hay grandes empresas multinacionales que amasan enormes ganancias financieras a todo lo largo de la cadena de valor de este sistema de producción insustentable.

La RTRS no puede cumplir su objetivo declarado de ofrecer soja “responsable” puesto que:

1) La RTRS carece de apoyo y no es representativa
La RTRS alega ser una “iniciativa internacional de múltiples partes interesadas”, pero la verdad es que cuenta con muy poco o ningún respaldo de las organizaciones campesinas y de agricultura familiar sustentable, los movimientos sociales y la sociedad civil, tanto en América del Sur como en Europa. Muy por el contrario, su proyecto es duramente criticado por ese espectro de actores sociales, particularmente en los países productores. Por otro lado, algunos de los gremios más importantes de la industria brasileña de la soja –APROSOJA Y ABIOVE —le han dado la espalda a la RTRS debido a la inclusión de una cláusula sobre deforestación, a pesar que dicha cláusula es sumamente débil (ver 2).

2) Los criterios que aplica la RTRS son completamente erróneos
La RTRS afirma que está desarrollando un rótulo “responsable” para las variedades de soja predominantes, pero su iniciativa está orientada por un conjunto de principios y criterios totalmente equivocados. Por ejemplo:

• Transgénicos y plaguicidas
La RTRS certificará a la soja transgénica como “responsable”. Tanto la soja transgénica como la convencional se producen en régimen de monocultivo, ambas tienen impactos destructivos sobre la biodiversidad y las comunidades locales y a ambas se les aplican agroquímicos, pero la soja transgénica acarrea impactos más negativos que la soja convencional en términos de bioseguridad, especialmente para la vida y fertilidad del suelo. La mayor parte de la soja que se cultiva en América del Sur está modificada genéticamente para hacerla resistente al herbicida glifosato (y es comercializada por Monsanto como soja RoundupReady). Aunque a la soja transgénica se la promociona entre los agricultores como una vía para reducir los costos laborales, la aplicación continua e indiscriminada de herbicidas derivada de la producción de cultivos resistentes a herbicidas acarrea graves consecuencias para el sustento y la salud de las comunidades que viven en las inmediaciones de los campos de soja. También ha acelerado el surgimiento de malezas resistentes a los herbicidas, y su incidencia ya constituye un problema serio que afecta a millones de hectáreas de soja en EEUU, Argentina y Brasil. Esto a su vez está obligando a usar nuevamente plaguicidas más peligrosos tales como el 2.4-D (que es un componente del Agente Amarillo).

• Expansión de la soja y deforestación
Los criterios acordados por la RTRS en mayo de 2009 para etiquetar la soja como “responsable” no evitan la deforestación. Según la RTRS, se puede cultivar soja “responsable” en tierras que hayan sido deforestadas tan recientemente como mayo de 2009. También se puede cultivar soja “responsable” incluso en tierras que serán deforestadas más adelante, siempre y cuando el productor pueda brindar “evidencia científica” que certifique que en tales tierras no había bosque primario ni áreas de alto valor de conservación, y que no se afectaron las “tierras de la población local” (de las cuales no se brinda ninguna definición).

No está claro tampoco cómo se monitoreará y velará por el cumplimiento de estos criterios erróneos.

3) La RTRS no encara ni puede resolver los impactos macro asociados a la agricultura industrial
Es importante señalar que la RTRS no puede solucionar los problemas de deforestación, las emisiones de gases de efecto invernadero y los conflictos sociales provocados por el desplazamiento de otras actividades agropecuarias a otras zonas (cambio indirecto de uso del suelo). Esta categoría de impactos macro también incluye, entre otros, el incremento creciente de los precios de los alimentos y las presiones enormes sobre la tierra y los recursos naturales.

4) La RTRS sostiene que su propuesta es ventajosa para el clima
La soja “responsable” es ventajosa desde el punto de vista del cambio climático, sostiene la RTRS, aunque su uso principal es como fuente de proteína barata para la cría y engorde intensivo e insustentable de aves de corral y ganado porcino y bovino, y como materia prima para la producción insustentable de agrocombustibles. El cabildeo perverso de la RTRS y de la gigantesca empresa de biotecnología Monsanto que pretendían así que la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático en diciembre de 2009 le asignara créditos de carbono a la producción industrial de soja les valió el Premio Internacional de la Sirena Enfadada al peor cabildeo empresarial en materia del clima. En la UE, la RTRS está tratando de obtener acreditación para quedar cobijada bajo la Directiva de la UE sobre Energía Renovable (RED, por su sigla en inglés), que estipula la meta ampliamente resistida de 10% de agrocombustibles en la matriz energética.

Algunos de los proyectos piloto de la RTRS involucran a productores de soja de pequeña escala, pero eso no puede ocultar el hecho que casi toda la soja “responsable” de la RTRS será cultivada en plantaciones a gran escala con uso masivo de plaguicidas y ninguna consideración por la población local o el medioambiente. Los consumidores están impedidos de ver el alcance de los daños provocados por la producción industrial de soja (RoundupReady), ya que ella ocurre fuera de su vista y lejos de sus hogares. Los supermercados europeos utilizan la RTRS para reivindicar que actúan responsablemente mientras se perpetúan en el continuismo, manteniendo su práctica de negocios como siempre. Cualquier cadena de supermercados que participe en la RTRS se arriesga a sufrir la reacción categórica adversa de sus clientes.

A fin de resolver los impactos antedichos, las organizaciones abajo firmantes reclamamos soluciones reales que avancen en pos de un sistema de producción de alimentos sustentable que implique:

• La eliminación gradual de los sistemas de producción de monocultivos y el fomento a sistemas agroecológicos en su lugar, la diversificación de la producción local, y estímulos a la producción local para los mercados locales, que contribuyan a afianzar la seguridad y soberanía alimentaria tanto en los países productores como consumidores;

• promover procesos genuinos de reforma agraria y derechos a la tierra verdaderos en los países productores, que resuelvan el problema de la concentración de la tierra en pocas manos y los sistemas de propiedad de la tierra sumamente inequitativos;

• cambiar drásticamente los modelos de producción y los patrones de consumo necesarios para alimentar de manera sustentable y equitativa a una población que llegará a los 9 mil millones de habitantes en el 2050; eso implica reducir los niveles alarmantes de consumo excesivo y desperdicio en el mundo industrializado;

• renunciar a los sistemas de producción intensiva de carnes, leche y huevos y avanzar en pos de sistemas de ganadería de bajos insumos;

• eliminar la dependencia de Europa en las importaciones de proteína de origen vegetal y respaldar medidas en pos de sistemas de ganadería de más bajos insumos basados en el pastoreo;

• frenar el fomento a la producción de agrocombustibles como supuesta solución de los países ricos frente al problema del cambio climático y desarrollar en cambio mejores sistemas de transporte que reduzcan la demanda de energía y combustibles.

Firmas:

Redes internacionales:

European Coordination Via Campesina (ECVC)
Friends of the Earth International
Global Forest Coalition
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales/ World Rainforest Movement
Red por una AMérica Latina Libre de Transgénicos

Organizaciones:

African Centre for Biosafety, South Africa
AFRICANDO Ongd, Gran Canaria
Afrika-Europa netwerk, Netherlands
Alianza Cívica Chiapas, Mexico
Amazon Watch, United States
Amigos de la Tierra - Argentina
Amigos de la Tierra España - Friends of the Earth Spain
APROMAC – Associação de Proteção ao Meio Ambiente, Brasil
Arbeitsgemeinschaft bäuerliche Landwirtschaft, Via Campesina Germany
ASEED Europe
ASK (Arbeitsgruppe Schweiz-Kolumbien / Swiss Working Group on Colombia)
Asociación ANDES, Alejandro Argumedo, Peru
Asociación Civil Desarrollo Territorial Monteros, de Monteros -Tucumán -Argentina
Asociación de Solidaridad con Colombia, KATÍO, ??
Asociación Ecológica Madremonte, Colombia
Association Bio Consom'acteurs, France
Asociación Entrepueblos, Estado Español
Association of Latvian Organic Agriculture, Latvia
Attac AgrarNetz, Germany
Attac España
Attac Poland
AVES FRANCE, A Voice for Endangered Species
BASE Investigaciones Sociales, Asunción - Paraguay
Basler Appell gegen Gentechnologie, Switzerland
BI "Kein Strom aus Palmöl!", Germany
BioForum Vlaanderen vzw, Belgium
Biofuelwatch, UK
Biowatch South Africa
BUND, Friends of the Earth Germany
Campaña Semillas de Identidad, Colombia
Canadians for Action on Climate Change
Canadian Biotechnology Action Network, Canada
CAPOMA-DDHH (Centro de Acción Popular Olga Márquez de Aredez en defensa de los Derechos Humanos), Ledesma-Jujuy-Argentina
Carbon Trade Watch
Centre for Sustainable Development and Environment (CENESTA), Iran
Centro de Estudios Históricos Arturo Jauretche, Argentina
Centro de estudios sobre tecnologias apropiadas de Argentina
CESTA, Friends of the Earth El Salvador
Cetaar, Pesticide Action Network Argentina ??
COAG (España)
COECOCEIBA - Amigos de la Tierra Costa Rica
Colectiu Transgènics Fora!, Catalunya
Combat Monsanto, France
COMITE OSCAR ROMERO DE MADRID
"Comité pour l'Annulation de la Dette du Tiers-Monde, France", (CADTM France), (FRANCE)
CONAMURI, Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indigenas, Paraguay
Conselho Municipal dos Direitos da Mulher de Lins (SP), Brazil
Consumidores por el desarrollo, Peru
Confédération Paysanne, France
Coordinador Nacional Agrario de Colombia CNA
Corporate Europe Observatory
Cristianos Sin Fronteras PERU.
Development Fund, Norway
Dialogo Convencion Climatica, Mexico
Don't Waste Arizona, Phoenix, AZ USA
Ecologistas en Acción, Spain
Ecological Society of the Philippines
Econexus
Ecoportal.net, Argentina
Ecos the Saladillo, Argentina
ECOQUILPUÉ, Región de Valparaíso, Chile
Ecumenical Office for Peace and Justice, Germany
EdPAC -Educación para la Acción Crítica, España
ENLACE, Comunicación y Capacitación, A.C., México
EQUIVITA, Comitato Scientifico Antivivisezionista, Italy
European GMO-free Citizens, the Netherlands
FASE - Solidarity and Educação, Brazil
Federacion Nacional de Trabajadores del Agua Potable del Peru – FENTAP
Federation of Organic Food Enterprices (FOFE), Bund Ökologische Lebensmittelwirtschaft (BÖLW), Germany
FERN
FOCO (Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos), Argentina
Focus on the Global South
Fondazione Diritti Genetici (Italy)
Food and Water Europe
Food First/Institute for Food and Development Policy, USA
Fórum Carajás, Brazil
Friends of the Earth Cyprus
Friends of the Earth Vlaanderen en Brussel
Fundacja Pomaranczowa Alternatywa/ Orange Alternative Foundation, Poland
GAIA, Portugal
Gene Ethics, Australia
Gen-ethisches Netzwerk/ Gen-ethical Network, Germany
Grupo de Reflexion Rural, Argentina
Grupo Thunhupha, Bolivia
Guatemala Solidarität Österreich (Solidarity with Guatemala of Austria)
GM Free Australia
GM Free Cymru, Wales
GM-free Ireland Network
GM Freeze, UK
GM Watch, UK
Green Health Watch Magazine, UK
Grupo de Investigación en Derechos Humanos y Sostenibilidad, Cátedra UNESCO –UPC,
Cataluña – ESPAÑA
Grupo de Mujeres de San Cristobal de las Casas, A.C, Chiapas, Mexico
Grupo Semillas, Colombia
Hegoa Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional, País Vasco
Ibase - Brazilian Institute of Economic and Social Analyses
ICPPC - International Coalition to Protect the Polish Countryside, Poland
Informationsgruppe Lateinamerika (IGLA), Vienna, Austria
India FDI Watch
Iniciativa contra los Agronegocios - America Latina – Nicaragua, El Salvador
Iniciativa Radial, Argentina
Institute for Responsible Technology, Fairfield, USA
Institute for Sustainable Development, Ethiopia
Institute of Science in Society, Dr. Mae-Wan Ho, UK
Interessengemeinschaft für gentechnikfreie Saatgutarbeit (Germany, Austria, Switzerland)
JKPP (Jaringan Kerja Pemetaan Partisipatif / Community Mapping Network), Bogor, West Java, Indonesia
Kenya Debt Relief Network, (KENDREN)
Kooperation Brasilien, Germany
Labour, Health and Human Rights Development Centre, Nigeria
MADGE Australia Inc
Madras del Pueblo del Sureste, AC, Chiapas, México
Mandala Gardening Initiative, Ottawa, Canada
Mangrove Action Project, USA
Marcha Mundial de las Mujeres, Brasil
Marea Creciente Mexico
Maryknoll Office for Global Concerns, USA??
MASIPAG (Farmer-Scientist Partnership for Development), Philippines
Munlochy Vigil, Scotland
National Fisheries Solidarity Movement, Sri Lanka
National Toxics Network - Working globally for a toxic-free future, Australia
New York Climate Action Group, USA
NOAH, Friends of the Earth Denmark
ÖBV-Via Campesina Austria
Oikos – Organic Norway, movement of organic producers and consumers
Organic Consumers Association, USA
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH
Osservatorio informativo independente sulla Americhe, Italy
Otros Mundos AC - Amigos de la Tierra México
Our Common Future, UK
Perkumpulan Elang, Riau – Indonesia
Pesticide Action Network North America
PLANT (Partners for the Land & Agricultural Needs of Traditional Peoples), USA
Platform Aarde Boer Consument, Netherlands
Plataforma de Solidaridad con Chiapas de Madrid, España
Polska Zielona Siec, (Polish Green Network), Poland
Pro REGENWALD, Germany
Proyecto Cultura y Solidaridad, España
Red de acción en plaguicidas de america latina RAPAL
Red de Coordinación en Biodiversidad A.C, Costa Rica
Red Jubileo Sur Mexico
Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC)
Reforest the Earth, UK
RETS -Respuestas a las Empresas Transnacionales, ESPAÑA
Rettet den Regenwald, Germany
Robin Wood, Germany
Safe Alternatives for our Forest Environment (SAFE), USA
Save our Seeds, Germany
Scarborough Against Genetic Engineering, England
Spire (Norwegian Development Funds Youth), Norway
Salva la Selva, Spain
Say No to GMOs, Texas, USA
Secretaría Regional Latinoamericana (Rel-UITA), Uruguay
Seeds Action Network (SAN), Germany
SOBREVIVENCIA, Amigos de la Tierra Paraguay
Solidarity Sweden-Latin America (Latinamerikagrupperna)
South Australia Genetic Food Information Network (SAGFIN)
Soy Alliance, UK
Sunray Harvesters, India
Taller Ecologista, Argentina
Tierra del Sol, Organisation des immigrants equatoriens en Belgique
Timberwatch Coalition, South Africa
Toxicsoy.org
Toxisphera, Associação de Saúde Ambiental, Brasil
Transnational Institute (TNI)
Union paysanne, Québec (Canada)
Vereniging voor Ecologisch Leven en Tuinieren, Velt, Belgium
Vóór de Verandering, Netherlands
Vredeseilanden, Belgium
Washington Biotechnology Action Council, USA
Wervel, Belgium
Wholesome Food Association Limited, UK
(World Family, UK)
XARXA DE CONSUM SOLIDARIO, Barcelona, España
Xarxa de l'Observatori del Deute en la Globalització (ODG-Debtwatch, Catalonia)
X minus Y Solidarity Fund, the Netherlands
Asociacion Pachamama Ayacucho PERU.
Neal's Yard Remedies, UK
Initiative Colibri, Germany
Asociación de Defensa de la Vida ADEVI, Peru?
Attack Polska/ Attack Poland
Campaign for Real Farming
MAIZ-Movimiento Agrario Indigena Zapatista
AMAP.- Alianza Mexicana por la Autodeterminacion de los Pueblos.
UCIZONI.-Union de Comunidades Indigenas de la Zona Norte del Istmo
NOUSUD.-
ISLAS BALEARES, ESPAÑA

SEDIF, Belgique
FECBE, Belgique
Eurolatina. Belgique
Loophole Community Centre, 670 High St, Melbourne, VIC, Australia, 3071
Urban Permaculture Co-Operative, Melbourne, Australia.
The Grail, KwaZulu Natal South Africa
The International Grail Earth Ecology and Environment Network

25/2/10

Mosquitos transgénicos

Bueno vamos a ver que nos cuenta esta información sobre Mosquitos transgénicos, Sera esto para bien o para mal.

El aspecto más importante de la liberación de los mosquitos transgénicos es que se sabe que en el sistema actúa en la transcripción de tTAV pero hasta el momento no se sabe qué es lo que mata a los mosquitos. Se debería identificar la toxina que mata a los mosquitos antes de que se contemple su liberación al ambiente. Hay prácticas de baja tecnología mucho más efectivas que las soluciones caras y de alta tecnología que además no son seguras

Mosquitos modificados geneticamente para combatir el dengue generan preocupación

¿Mosquitos terminator para controlar el dengue?

¿Por qué utilizar una técnica peligrosa, costosa y no probada cuando existen alternativas seguras, efectivas y asequibles?

Millones de mosquitos transgénicos se liberarán en el pueblo pescador de Pulau Ketam en las afueras de Sangor, Malasia, como parte de una serie de pruebas de campo a nivel internacional para combatir la fiebre del dengue (1). Las pruebas de campo en Malasia las realizará el Instituto de Investigación Médica del Ministerio de Salud (IMR) en colaboración con OXITEC Ltd., una compañía de biotecnología derivada de la Universidad de Oxford en el Reino Unido. Estas pruebas se quieren realizar ya que previamente se había anunciado el éxito de las pruebas de laboratorio conducidas bajo la supervisión del IMR el año pasado.
Esta técnica desarrollada por Oxitec, recibió el premio Pioneers 2008 en el Foro Económico Mundial. Ésta consiste en la liberación de machos transgénicos de mosquitos Aedes que llevan un gen "asesino" para que se apareen con las hembras mosquitos, lo que causaría que (casi) toda su progenie muera. Esta es una variante de la Técnica de Esterilización de Insectos (SIT) que ha sido exitosa en el pasado ya que ha exterminado otros insectos vectores (2). Sin embargo, los machos estériles fueron creados mediante rayos X y no mediante ingeniería genética.
La liberación de machos estériles se considera "benigna ambientalmente" (2), ya que sólo los mosquitos hembra pican, sacan sangre y transmiten los virus que causan las enfermedades, mas no los mosquitos macho. Si las pruebas de Pulau Ketam son exitosas, los mosquitos transgénicos asesinos se liberarán en pueblos más grandes que tienen una mayor incidencia de dengue (1).
Se ha reportado que el dengue es la enfermedad transmitida por vectores que más rápido crece alrededor del mundo, afectando a 55% de la población global con un estimado de 100 millones de casos en más de 100 países. Chikungunya, una enfermedad similar al dengue y que también se trasmite por el mosquito Aedes se ha convertido en un problema grave, al menos en India ya que en el 2007 se registraron 140.000 casos.
Oxitec ha recibido ya los permisos regulatorios y de importación para realizar evaluaciones limitadas en los Estados Unidos, Francia y Malasia. Además, se encuentran negociando con los reguladores de otros países endémicos como la India. Los grupos ambientalistas temen que el liberar los mosquitos transgénicos pueda afectar los ecosistemas y causar daños mayores. Pero lamentablemente existen muy pocos estudios sobre los peligros potenciales de esta técnica.

¿Qué es el dengue?

La fiebre del dengue es una enfermedad causada por el virus de ARN flavivirus y transmitida por las picaduras de mosquitos. Los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza, sarpullido, fuertes dolores musculares y de las articulaciones y dolores detrás de los ojos. La fiebre del dengue rara vez causa la muerte, mientras que la fiebre de dengue hemorrágico es una enfermedad muy grave que causa la muerte en aproximadamente un 5 por ciento de los casos. La fiebre de dengue hemorrágico ataca mayormente a los niños menores de 15 años. Además, es más común en individuos que previamente han sido infectados por la fiebre del dengue simple (3).
El flavivirus del dengue tiene cuatro serotipos diferentes, DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4. El contraer una forma de fiebre del dengue le provee al infectado de inmunidad para ese serotipo para toda su vida, mas no para los otros serotipos. Los casos de fiebre del dengue ocurren principalmente en áreas urbanas en los trópicos. Los humanos contraen la fiebre del dengue mediante las picaduras de mosquitos hembra Aedes infectados. Aedes aegypti es el vector principal en la mayoría de zonas. Cuando una hembra del mosquito Aedes pica a una persona infectada de dengue, el virus incuba en el cuerpo del insecto de 8 a 11 días, luego de lo cual el mosquito puede transmitir la enfermedad a otros humanos por lo que le resta de vida (15-65 días). Una vez que el virus ingresa al cuerpo humano, éste circula en la sangre de dos a siete días, durante este tiempo el virus puede transmitirse. Aedes albopictusis fue originalmente el vector principal de la fiebre del dengue y se mantiene como el vector más importante en Asia. Esta especie se ha encontrado recientemente en América Central y en Estados Unidos; se ha convertido en el segundo vector más importante. Aedes aegypti es principalmente urbano, y Aedes albopictusis es rural; por lo cual el rango ecológico de los hábitat en los que la gente puede infectarse es mayor. Los humanos son el reservorio principal de este virus (3).
En los últimos años, el dengue se ha esparcido extensamente en América del Norte y del Sur. En México el número de casos de dengue ha incrementado en un 600 por ciento entre el 2001 y el 2007. Solamente en el 2007, los casos de dengue aumentaron un 40%. La enfermedad se ha extendido a Hawai y en la frontera con Estados Unidos en Texas. Aunque el impacto del cambio climático en el incremento de la incidencia y la propagación del dengue es menos obvio que el incremento de malaria, es razonable asumir que el calentamiento global provocará la extensión del rango del virus que transmite la enfermedad (4). Sin embargo, esta suposición es fuertemente debatida (5).
El plan para exterminar a los mosquitos

El exterminar el mosquito vector sería la mejor forma de controlar el dengue de acuerdo a los defensores de la modificación genética (2). La Escuela de Negocios de Stanford propuso que la liberación de los mosquitos macho modificados genéticamente podría eliminar la fiebre del dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos en comunidades que tienen un millón de habitantes, en el transcurso de un año. Ésta Escuela está promoviendo el trabajo de investigadores del Instituto Standford para la Ingeniería en Computación y Matemática, la Universidad de Oxford y la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical en el Reino Unido. La técnica empleada se llama "Liberación de Insectos con un Dominante Letal" (RIDL), una variante de SIT. Los mosquitos machos dominantes letales desarrollados por RIDL son sexualmente más atractivos para los mosquitos hembra que los machos dominantes letales producidos por los rayos X (2), y causan la muerte de la progenie durante el último período del estados de larvas. De esta forma, permite que la larva transgénica compita por alimento con las larvas de insectos normales. El modelo de análisis matemático del control de las enfermedades causadas por mosquitos RIDL predicen la erradicación del dengue en un año. (2,6).
No se puede confiar en que las predicciones del modelo matemático sean confiables simplemente porque la genética y mas aún la ecología y la relación anfitrión-parasito de la enfermedad del dengue son complejas y muy poco entendidas. Además, existen infecciones silenciosas y manifiestas (5). Peor aún, este modelo matemático no muestra nada sobre la técnica de modificación genética RIDL.
La modificación genética para producir RIDL

El rasgo RIDL fue creado utilizando un transposón (*). Los transposones son elementos móviles genéticos. Son similares a los virus, pero no tienen la habilidad de formar revestimientos virales. RIDL fue creado por el transposón piggybac que originalmente se aisló a partir de un cultivo de células de la peste de la col, y ha sido ampliamente utilizado en la ingeniería genética de insectos. Se previene la reproducción del vector piggybac independiente de los cromosomas que portan (no - autónomos) al extraer la enzima transposasa que es la que le permite multiplicarse y moverse entre los cromosomas de las células que infecta (sin embargo este no es un método seguro, véase abajo).
Se ha incorporado un gen para una proteína "marcadora" roja fluorescente en el mosquito transgénico que se va a liberar para poderlo identificar fácilmente. Sin embargo, el gen clave que le confiere el rasgo letal dominante es tTAV, que codifica una proteína represora de tetracilina - activadora de la transcripción, iniciada por el promotor tetO del gen de la proteína “del shock al calor” de Drosophila. En la presencia de tetraciclina, tTAV se une a la tetraciclina y el complejo no se une a tetO, entonces no existe la expresión continua de tTAV.
En la ausencia de tetraciclina, existe una retro-alimentación positiva donde el tTAV se une a tetO, y produce una mayor expresión de tTAV. La sobreproducción de tTAV es tóxica y mata al insecto. Sin embargo, no se sabe porque el tTAV excesivo es letal.
En resumen, RIDL es un sistema letal que reprime la tetraciclina (7) Se ha sugerido que la letalidad del excesivo activador de la transcripción se debe al a la interferencia con las proteínas descomponedoras dependientes de ubiquitin. En un estudio, los ratones modificados con un gen que reprime la tetraciclina activadora de la transcripción no murieron cuando se activó el gen al quitar la tetraciclina (8).
¿Es seguro este método?

El aspecto más importante de la liberación de los mosquitos transgénicos es que se sabe que en el sistema actúa en la transcripción de tTAV pero hasta el momento no se sabe qué es lo que mata a los mosquitos. A pesar de que un gen homologo que reprime la tetraciclina no demostró ser tóxico para los ratones una vez activado, definitivamente se debería identificar la toxina que mata a los mosquitos antes de que se contemple su liberación al ambiente.

Otro peligro mayúsculo es la transferencia horizontal de genes del piggyBac insertado. Este problema ha sido tomado en cuenta en las presentaciones de ISIS al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para la liberación de la larva de polilla rosada en el 2001 (9, 10) Hemos presentado evidencia de que el vector impedido que contiene el transgén, aún cuando ha sido minimizado su extremo de repetición, pudo replicarse y extenderse, básicamente porque la función de la transposasa que le permite moverse al piggyBac insertado puede ser suministrada por los transposones "ayuda".
Estos transposones "ayuda" están potencialmente presentes en todos los genomas (10), incluyendo en el del mosquito. La razón principal para utilizar a los transposones como vectores para el control de los insectos es precisamente porque pueden esparcir los transgenes rápidamente en una población a través de medios no - Mendelianos (11), por ejemplo al replicar copias y saltar a los genomas, incluyendo los de los mamíferos anfitriones. Aunque cada transposón tiene su propia enzima transposasa que reconoce su extremo de repetición, la enzima puede también interactuar con el extremo de repetición de otros transposones y la evidencia sugiere que existe una "amplia interacción entre las familias de transposones relacionadas pero distintas" en un genoma eucariótico (12).
Es poco honrado declarar que el liberar mosquitos macho que no pican a las personas u otros mamíferos es una técnica "benigna ambientalmente" (2). Primeramente, los mosquitos transgénicos, tanto machos como hembras, tienen que producirse masivamente en el laboratorio. Para que las hembras transgénicas, que también tienen el gen dominante letal en una doble dosis, propaguen la línea deben haberse alimentado de animales de laboratorio como ratones o conejos, sin mencionar a los trabajadores del laboratorio. Esto significa que existirán muchas oportunidades para que haya una transferencia horizontal de genes. En segundo lugar, los machos transgénicos deberán escogerse entre las hembras. Esto se realiza cuando son pupas, en esta etapa los machos son generalmente más pequeños que las hembras, pero este método de selección no es 100% seguro. En tercer lugar, la dependencia a la tetraciclina de las líneas transgénicas no es absoluta. En la ausencia de tetraciclina, el 3 o 4% de la progenie transgénica sobrevive hasta la adultez (2).
Es obvio que puede haber escape de un transgén. Como lo comentó Ho (10): "Estos trasposones artificiales ya son invasores agresivos del genoma, y el insertarles en los insectos significa darles alas y partes de bocas filosas para que puedan acceder eficazmente a todas las plantas y animales y sus virus".
Debemos enfatizar que la transferencia horizontal de genes y la recombinación es la vía principal para los agentes de enfermedades exóticas.

Los piggyBac insertados pueden ser movilizados por la transposasa de los transposones de piggyBac que ya son llevadas por el Baculovirus (un virus común de insectos terrestres) que infecta las células de los insectos. Esta posibilidad no ha sido evaluada en el laboratorio. Baculovirus no sólo tiene los transposones piggyBac, también ha sido utilizado en terapia genética humana ya que es capaz de infectar células humanas. Por esto es extraño que la movilidad y la transferencia horizontal de genes del vector piggyBac no haya sido estudiada completamente aunque la actividad del vector es ampliamente reconocida.
El transposón piggyBac fue descubierto en los cultivos de células de la polilla Trichopulsia, agente causal de la peste de la col, donde causa altos índices de mutación en el Baculovirus que infecta las células al saltar hacia sus genes (9).
El piggyBac mide 2.5kb y tiene 13bp de extremos de repetición invertidos. Tiene una especificidad para la secuencia base TTAA (en la cual se inserta); la probabilidad de ocurrencia de esta secuencia es (0.25) 4 o 0.4% en cualquier trecho de ADN, donde puede causar mutaciones introducidas, interrumpiendo o inactivando genes o activando genes inapropiadamente. Posteriormente, se encontró que este transposón era activo en un amplio rango de especies, incluyendo la mosca de la fruta Drosophila, el mosquito que trasmite la fiebre amarilla A aegypti, la mosca Ceratitis capitata, y el anfitrión original la peste de la col. El vector piggyBac mostró altas frecuencias de transposiciones, mucho más altas que otros vectores de transposones en uso, como el mariner y Hirmar (13).
El transposón piggyBac también está activo en las células de humanos y ratones, y en la línea germinal de los ratones. Además una versión con mínimos extremos de repetición exhibían más actividad transposicional en las células humanas que otras versiones de sistemas de transposones hiperactivos -Bella Durmiente - ampliamente utilizados en estudios de terapia genética (14).
Alternativas recientes para RIDL

Existen alternativas efectivas y asequibles para controlar a los mosquitos que transmiten la fiebre del dengue y otras enfermedades. Extractos del árbol del paraíso Melia azedarach mostraron ser prometedores larvicidas y tener efectos disuasivos en la ovoposición (15). Los aceites esenciales de las plantas mullila y zedoary también probaron ser efectivos para tratar las larvas de mosquito (16). Extractos de Euphoriaceae, especialmente de Euphorbia tirucalli han sido aplicados como larvicidas ideales contra Aedes aegypti (17).
Un estudio en Tailandia analizó contenedores de agua donde se encontraron pupas de mosquitos Aedes. Los grandes contenedores de agua contenían un 90% de las pupas en las áreas rurales y 60 % en las áreas urbanas. El cubrir y tratar estos grandes contenedores podría reducir grandemente las poblaciones de mosquitos (18). Bacillus thringiensis israelensis VectorBac fue efectivo para tratar los contenedores de agua y combatir los mosquitos del dengue en Camboya (19). En Cuba, los estudios de los determinantes sociales y ambientales de Aedes aegypti confirmaron que los riesgos mayores fueron no tratar el agua almacenada y el agua en los floreros para las prácticas religiosas. Los esfuerzos para reducir la infestación deben entonces enfocarse en las practicas preventivas (20).
Se ha probado que éstas prácticas de baja tecnología son mucho más efectivas que las soluciones caras y de alta tecnología que además no son seguras. Fuente:  www.ecoportal.net
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