Empresas del siglo XXI El problema energético
Danilo Villalta
Deloitte & Touche
En nuestra vida cotidiana, acostumbrados a disfrutar de los beneficios que produce la energía, difícilmente somos conscientes del problema energético que está enfrentando el mundo actualmente.
Leyendo Cuadernos de Energía, No. 15, publicado por Deloitte en enero de 2007, que contiene artículos sobre el tema y especialmente los asuntos en discusión en la Unión Europea para el establecimiento de la políticas energéticas, podemos concluir que el mundo está enfrentado a un problema complejo y de gran magnitud que impactará en el desarrollo de la humanidad durante este siglo XXI, y sin una salida a mediano plazo.
La dependencia de la humanidad de la producción de energía se ha acentuado con el crecimiento económico, que impulsa fuertemente el consumo de energía al cual contribuyen todos los países, pero especialmente el desarrollo acelerado de China y la India.
También se concluye sin lugar a dudas que la producción y el abastecimiento de energía afecta las decisiones de política internacional especialmente de las grandes potencias, lo cual las hace vulnerables al sostenimiento de una política internacional congruente con lo que predican, en cuanto a democracia y derechos humanos para la protección de los más desposeídos. Recordemos que gran parte de los hidrocarburos se encuentran en zonas del mundo que se caracterizan por la inestabilidad y a menudo por la falta de democracia.
Dentro de las políticas destaca como norte la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, mejorando la eficiencia energética (ahorro), el uso de formas de energía renovable y de baja emisión y promover el desarrollo de una tecnología energética limpia.
Como el problema energético es de todos y no solo de los gobiernos, debemos en nuestras actividades personales y empresariales tomar en consideración no solo el costo sino la continuidad en el abastecimiento de energía, los efectos en el calentamiento global, favoreciendo aquellas tecnologías que en conjunto sean sostenibles en el largo plazo.
Cada uno de nosotros como ciudadanos del mundo debemos interiorizar las campañas de ahorro de energía, aún cuando tengamos el dinero para pagar el derroche que podamos estar haciendo.
Danilo Villalta
Deloitte & Touche
En nuestra vida cotidiana, acostumbrados a disfrutar de los beneficios que produce la energía, difícilmente somos conscientes del problema energético que está enfrentando el mundo actualmente.
Leyendo Cuadernos de Energía, No. 15, publicado por Deloitte en enero de 2007, que contiene artículos sobre el tema y especialmente los asuntos en discusión en la Unión Europea para el establecimiento de la políticas energéticas, podemos concluir que el mundo está enfrentado a un problema complejo y de gran magnitud que impactará en el desarrollo de la humanidad durante este siglo XXI, y sin una salida a mediano plazo.
La dependencia de la humanidad de la producción de energía se ha acentuado con el crecimiento económico, que impulsa fuertemente el consumo de energía al cual contribuyen todos los países, pero especialmente el desarrollo acelerado de China y la India.
También se concluye sin lugar a dudas que la producción y el abastecimiento de energía afecta las decisiones de política internacional especialmente de las grandes potencias, lo cual las hace vulnerables al sostenimiento de una política internacional congruente con lo que predican, en cuanto a democracia y derechos humanos para la protección de los más desposeídos. Recordemos que gran parte de los hidrocarburos se encuentran en zonas del mundo que se caracterizan por la inestabilidad y a menudo por la falta de democracia.
Dentro de las políticas destaca como norte la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, mejorando la eficiencia energética (ahorro), el uso de formas de energía renovable y de baja emisión y promover el desarrollo de una tecnología energética limpia.
Como el problema energético es de todos y no solo de los gobiernos, debemos en nuestras actividades personales y empresariales tomar en consideración no solo el costo sino la continuidad en el abastecimiento de energía, los efectos en el calentamiento global, favoreciendo aquellas tecnologías que en conjunto sean sostenibles en el largo plazo.
Cada uno de nosotros como ciudadanos del mundo debemos interiorizar las campañas de ahorro de energía, aún cuando tengamos el dinero para pagar el derroche que podamos estar haciendo.
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